Estimados lectores/as:
En cumplimiento a mención realizada en Asamblea Extraordinaria de Socios realizada el 31 de mayo de 2014 y que consta en su respectiva acta, procedemos a colocar una copia del discurso pronunciado por el actual presidente de nuestra asociación, para su conocimiento.
Discurso de posesión
presidencial ACTAG
Tec. GTA. Ramiro Bonilla
Galindo
31 de mayo de 2014
Estimados socios y colegas:
Hoy estoy aquí con humildad ante la tarea que enfrentamos,
consciente de los sacrificios de nuestros antecesores.
Agradezco al Abogado Manuel Romero Imaicela por su servicio a
nuestra asociación, así como la cooperación que nos ha brindado durante esta
transición.
Estamos por cumplir seis años desde que nació este sueño
llamado ACTAG, que con esfuerzo, fe, sacrificio y altruismo nuestros
antecesores sacaron adelante.
Hemos superado un largo y amargo capítulo en donde, por
momentos, parecía que no íbamos alcanzar la unidad, el orden, la fuerza de
juntos, y que los ideales con los que fue constituida nuestra asociación,
estaban por diluirse.
Sin embargo, gracias a la valiente decisión de un grupo de
colegas, nos hemos comprometido a sacar adelante el nombre de nuestra gloriosa
profesión.
Agradezco la confianza que mi equipo del Directorio me ha
brindado, así también, agradezco a la Asamblea General de Socios que ha
permitido que la nueva generación de controladores tome la batuta de esta
asociación.
Estamos conscientes de que los retos a los que nos vamos a
enfrentar son difíciles y prolongados, pero tenemos la certeza de que juntos vamos
a superar todos y cada uno de los desafíos que nos vienen por delante.
Hemos de reconocer que nuestro estado actual como gremio no
está como en tiempos de abundancia, sin embargo, reafirmamos nuestro espíritu
de firmeza para poner en alto el nombre del Controlador de Tránsito Aéreo;
llevaremos adelante ese valioso don, esa noble idea que ha pasado de generación
en generación de que nuestro trabajo es digno de ser reconocido a nivel
profesional y lucharemos incansablemente por conseguir este valioso objetivo.
Algunos cuestionan la amplitud de nuestras ambiciones y
sugieren que nuestra organización no puede tolerar demasiados grandes planes;
hoy les digo que sus memorias son cortas, han olvidado lo que esta asociación
ya ha hecho; lo que los hombres y mujeres pueden lograr cuando la imaginación
se une al bien común y las necesidades a la valentía.
Hoy recordamos a todos aquellos que han entregado su vida por
esta profesión y que de una u otra manera han sido olvidados.
Hoy por hoy tenemos una generación distinta, las mujeres han
desarrollado su carrera y han demostrado, una vez más, de lo que son capaces
cuando tienen objetivos claros y trabajan arduamente; hoy en día contamos con
la primera generación de mujeres radaristas del Ecuador y eso es motivo suficiente
para enaltecer el nombre de nuestra asociación, pues pertenecen a la misma.
Somos los guardianes del espacio aéreo, nuestro objetivo
primordial es guiar aviones a su destino que permiten que familias se abracen,
parejas se junten, niños rían de emoción del reencuentro. Trabajamos
incansablemente por mantener los cielos seguros, y eso, nos debe llenar de
orgullo.
Hoy le agradezco a Dios que me ha dado la sabiduría y la
humildad para desenvolverme en mis responsabilidades, a mi esposa que ha
trabajado codo a codo conmigo, siendo mi resguardo en los momentos difíciles y
mi dicha en las alegrías, a mi pequeña hija que está por nacer que me ha
inspirado a ser mejor cada día, a cada uno de mis colegas que tuvieron que
pasar días lejos de casa, algunos feriados trabajando, noches de navidad y año
nuevo en sus puestos de control. Su eficiencia, a pesar de que no sea
públicamente conocida, es el legado del que hablarán los hijos de sus hijos.
Colegas, el futuro en nuestra profesión es incierto, la
tecnología cada vez demanda más de nosotros, nuestros usuarios esperan que
estemos al cien por ciento de nuestras capacidades. Hoy quiero reafirmar el
compromiso que una vez hicimos de mantener el cielo bajo control.
Hoy les pido que nos unamos mucho más que antes, que nuestros
límites no sean solo regionales, que aprovechemos la riqueza de nuestra
división territorial y que estemos dispuestos a colaborar con aquellos ATC que
aspiran sentir el respaldo de la unidad, como existe en nuestra asociación.
Hoy me comprometo ante ustedes a defender a nuestra
asociación sobre todo y a velar por el cumplimiento de los objetivos planteados
en nuestro plan de trabajo.
Que nuestro trabajo sea nuestro legado, que nuestros
sucesores sepan que no estuvimos dispuestos a permitir que este viaje
terminase, no dimos la vuelta para retroceder, y con la vista puesta en el
horizonte y la gracia de Dios sobre nosotros, llevemos aquel regalo de la
unidad y lo entreguemos a salvo a las generaciones venideras.
De mi parte, muchas gracias, que Dios siga siendo ATC, que
nos dé la sabiduría y capacidad para enfrentar cada situación de control y que
bendiga nuestro trabajo.
¡Un efusivo siete tres para todos!
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